domingo, 8 de marzo de 2009

Recuerdos

Mi padre se crió con su abuelita y sus tías, y su tío Horacio.
Y permaneció con ellos hasta los 18 años aproximadamente, sin tener contacto con su familia directa, hasta que su padre fué hasta el lugar donde él estaba y le comunicó que él era su progenitor. A partir de ese momento, mi padre recién supo que tenía más hermanos, pero a su hermana mayor no la conoció porque cuando él llegó a Curacautín a reunirse con sus padres, ella ya no estaba. Transcurrió mucho tiempo, hasta que decidió buscar a su hermana, quién se había ido a vivir a Israel con su núcleo familiar. Recurrió a todas las instancias para saber de su hermana, fué así que se comunicó con don Santiago Benadaba, embajador de Santiago en Israel, y le manifestó su gran deseo de ubicar a su hermana que vivía en ese país.
Como Dios conocía su buen deseo, la Embajada le ayudó, y un día cualquiera, llamaron a Judith Martínez, comunicándole que en Chile, existía una persona que se llama Erasmo Valenzuela Urra, quién trataba de ubicar a su hermana Enriqueta Valenzuela Urra. Grande fué la sorpresa para Judith al saber que tenían familiares en Chile.

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